


La profe Sofía, era la sabiduría personificada; tenía la respuesta precisa en el momento oportuno, para todas las inquietudes que le presentaban los estudiantes sobre cualquier aspecto de la vida. Además, era una persona de gran bondad, compasión, solidaridad, altruismo y muchas otras virtudes.
Los estudiantes la buscaban cuando tenían alguna duda o inquietud de carácter personal, que acicateaba sus almas. Ella nunca rechazaba a nadie, siempre los recibía a la hora que fuera, y les ofrecía una luz de esperanza con sus sabios consejos. Y lo que más agradaba a sus pupilos, era que jamás les reprendía o sermoneaba; siempre les hablaba con dulzura y respeto, aunque con firmeza.
Sin importarle que atender a “sus muchachos” representara para ella un gran sacrificio, como postergar sus necesidades, por ejemplo, tomar sus alimentos, ordenar su apartamento o preparar su trabajo, en todo momento estaba dispuesta a escucharlos y ofrecerles unas palabras amorosas de orientación y aliento.
La profe Sofía nunca se casó, pues muy pronto descubrió que su vocación era servir de consejera a sus educandos, y pensaba que la vida matrimonial conlleva muchas obligaciones que le habrían forzado a desviarse de su objetivo principal: los estudiantes y sus dificultades personales.
En la comunidad eran muchas las personas que le tenían respeto y cariño, porque ya varias generaciones habían pasado por su aula, y recibían sus valiosísimos consejos y su amorosa escucha, aún cuando se hicieron adultos.
Aquí presentamos algunas anécdotas de la vida y acciones de la insigne profe Sofía, para que sus consejos sigan siendo una luz en la vida de las personas que los leen o escuchan.
Estos diálogos son una obra de ficción, y no debe ser confundidos con una novela rosa ni una guía de autoayuda, ya que sólo es una incitación para que quienes andan en búsqueda de certezas, comiencen por afirmar sus valores positivos, y luego descubran la sabiduría en su propia interioridad, a través de los profundos secretos de filosofía esotérica expuestos en estas páginas. Si ponen el corazón en ello, de seguro los encontrarán.
Aunque algunas personas no entrarán en sintonía con algunos de los temas expuestos en estas anécdotas, bien es cierto que habrá muchas que vibrarán en armonía con la mayoría de ellos, ya que no todos los seres humanos tenemos el mismo nivel de evolución, y este conocimiento atrae más fácilmente a quienes ya han iniciado el camino de la búsqueda interior, en procura de redescubrir la sabiduría milenaria que guarda el endoconsciente de cada persona. Se requiere de mente abierta y corazón libre de fanatismos, para tener suficiente sensibilidad que permita degustar con amplitud el contenido de estas páginas. No se trata de creer, sino de someter a prueba los conocimientos, para verificar su veracidad y solidez.