Construir libertad

(Juliana consulta a la Profe Sofía sobre la libertad)

Juliana: - Profe, ¡tengo un grave problema!

Profe Sofía: - ¿Quieres contarme lo que te sucede?

Juliana: - Es que no tengo libertad.

Profe Sofía: - ¿Qué te hace sentir así?

Juliana: - Mis amigas del grupo quieren que esté siempre con ellas, pues de lo contrario, me sacarían del parche.

Profe Sofía: - Eso no me parece tan grave, hija. La libertad es un don divino, es algo que viene de dentro. Es un bien inherente a cada ser humano. Somos tan libres o tan dependientes como lo decidamos. Nosotros forjamos las cadenas que nos esclavizan, pero también podemos romperlas para recobrar la libertad perdida.

Juliana: - ¡Profe! ¿No le parece grave que no tenga libertad para nada? Si tengo un novio, tiene que ser aprobado por ellas; si compro un vestido, ellas tienen que darle aprobación; si voy al cine, tiene que ser con ellas… y así, por el estilo. Mi vida se está convirtiendo en un infierno.

Profe Sofía: - Te digo que no es tan grave, porque la solución está en tus manos.

Juliana: - ¡Ay profe! Ahora sí me dejó más loca que antes. Le cuento que tengo un problema y usted me dice que tengo que solucionarlo yo misma. ¿Por qué cree que vine donde usted?

Profe Sofía: - Intento ayudarte, chica. Mira las cosas con objetividad. Has creado una dependencia enfermiza de tu grupo de amigas, que ahora te está generando conflictos, porque has permitido que ellas violen tu privacidad y coarten tu autonomía. Tú eres una persona inteligente, con amplio criterio, con capacidad para pensar, tomar decisiones, actuar por tu cuenta, pero estás permitiendo que un reducido grupo de personas manejen los hilos de tu vida. Cuando hay algo a lo que estamos atados y nos causa malestar, debemos romper esos lazos para evitar consecuencias mayores.

Juliana: - ¿Sugiere que deje a mis amigas de toda la vida?

Profe Sofía: - Te recomiendo que establezcas reglas claras para tu relación con ellas. Deja en claro que tienes tu propio criterio y no les vas a permitir que sigan manejando tu vida. Hazles saber que no quieres perder su amistad, pero si no te admiten en el grupo por ser independiente, mejor es que no permanezcas con ellas.

Juliana: - Eso las convertiría en mis enemigas.

Profe Sofía: - No necesariamente. Ellas también son personas sensatas, y van a comprender que has crecido y que tienes derecho a ser tan libre como quieras. Tal vez aprendan de ti y cambien su modo de pensar y de actuar, y en adelante no sean tan posesivas.

Juliana: - Tengo que pensar muy bien lo que me dice, profe.

Profe Sofía: - Recuerda que la verdadera libertad está dentro de ti.

Juliana: - Sí señora.