La felicidad

(Rolando consulta a la Profe Sofía acerca de la felicidad)

Rolando: - ¿Por qué la felicidad es tan esquiva, profe?

Profe Sofía: - ¿Podrías decirme qué te sucede, hijo?

Rolando: - La felicidad es algo que sólo se tiene a ratos y luego desaparece sin dejar rastro.

Profe Sofía: - ¿Qué te hace feliz?

Rolando: - Compartir con mi novia, tener alimentos abundantes y exquisitos, tener dinero suficiente, y cosas por el estilo.

Profe Sofía: - Tu problema es que centras la felicidad en lo mundano. Lo material produce goce, que es pasajero, efímero; pero no es fuente de felicidad duradera, sino de desdicha.

Rolando: - ¿En verdad existe la felicidad permanente?

Profe Sofía: - Por supuesto que sí. La verdadera felicidad es un estado interior que se cultiva gradualmente por medio de actos nobles, sentimientos sublimes, imágenes bellas. La mayor fuente de felicidad es hacer mucho bien a otros. También la producen la estética, la armonía, la admiración de la naturaleza, la devoción hacia la pareja.

Rolando: - ¿Otra vez con ese cuento, profe? Si es como usted dice, tendría que dejar todo lo que me hace feliz y entonces me convertiría en desdichado; mi vida sería sosa y aburrida.

Profe Sofía: - Eso crees tú, porque no has hecho el intento. No se trata de que dejes lo que tanto te gusta, sino de que lo disfrutes con moderación, conservando tus energías. Mientras más dilapides tus portentosas energías, menos felicidad tendrás. Y mientras más centres tu felicidad en el dinero y los bienes materiales, más desdichado serás.

Rolando: - ¿Está insinuando que debo volverme humilde y convertirme en algo así como un Francisco de Asís o una Madre Teresa?

Profe Sofía: - La humildad es arrogancia disfrazada. Se trata de ser sencillos, naturales. Esos seres tan grandes están muy lejos por ahora de nuestro alcance. Con que seas moderado en el disfrute de placeres mundanos, que seas generoso con otras personas y te acerques un poco a tu ser interior, irás encontrando realmente el camino de la felicidad.

Rolando: - Voy a pensarlo con calma, profe. Muchas gracias por su tiempo.