Ley de causa y efecto
- La Profe Sofía
- 25 oct 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 12 dic 2018

(La Profe Sofía instruye a Edwin sobre la Ley de Karma)
Profe Sofía: - ¿Por qué estás maltratando a ese pobre gato?
Edwin: - ¡Es sólo un animal! Profe Sofía: - Los animales sienten igual que tú o que yo. Son criaturas de La Divinidad, al igual que nosotros. Cumplen un propósito dentro del esquema evolutivo. En realidad, son nuestros hermanos menores. A través de ellos podemos aprender a ser compasivos.
Edwin: - ¿Hermanos nuestros los animales? ¡Usted se está chiflando, profe! Profe Sofía: - El chiflado eres tú, que de manera inconsciente haces sufrir a otros seres, sin darte cuenta que el daño que haces, regresará a ti, en otro momento.
Edwin: - ¿Qué dice, profe? ¿Por jugar con un animal, tengo que sufrir? ¿Es eso acaso una forma de maldición o hechicería?
Profe Sofía: - ¡Qué hechicería ni que ocho cuartos! Es la Ley de Causa y Efecto que pones en acción con cada acto, pensamiento o palabra, y que ha de volver a ti al igual que el péndulo regresa en sus oscilaciones.
Edwin: - ¿Me está hablando en serio?
Profe Sofía: - ¡Yo siempre hablo en serio! Debes aprender a tomar conciencia de todos tus actos, pues ellos son causas que tarde o temprano regresan a ti como efectos, aunque no te des cuenta de ello.
Edwin: - ¿Dónde está escrita esa Ley de Causa y Efecto que mencionó?
Profe Sofía: - Está inscrita en la naturaleza y en nuestro endoconsciente, y se expresa así: “Haz lo que quieras, pero ten presente que de todos tus actos tienes que dar cuenta”.
Edwin: - ¡Ahí está, profe! Dice: “Haz lo que quieras”. Y yo quería jugar con el gatito.
Profe Sofía: - Por supuesto, que es tu libre albedrío, maltratar o no a un animal o a una persona, pero te falta la segunda parte de la ley: “ten presente que de todos tus actos tienes que dar cuenta”.
Edwin: - ¿A quién debo dar cuenta? ¿A Dios?
Profe Sofía: - ¡No señor! Dios no se mete en asuntos tan banales. Dije que esta ley está grabada en el endoconsciente de las personas, y es ante nosotros mismos que tenemos que rendir cuentas de nuestras acciones u omisiones. Somos nosotros los que desde nuestro interior programamos los actos que han de compensar los hechos que vamos generando, para devolvernos felicidad, prosperidad, si hemos obrado bien, o dolor y carencias si hemos actuado mal.
Edwin: - Profe, me puso a pensar. Reflexionaré acerca de sus palabras.
Profe Sofía: - ¡Más te vale!
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