Uso de alucinógenos

(Brayan están tentado a probar los alucinógenos)

Profe Sofía: - ¿Qué te inquieta muchacho?

Brayan: - ¿Darse un toque es malo, profe?

Profe Sofía: - Lo bueno y lo malo son relativos. Si yo te digo que eso es malo, tú me dirás: “Que va profe, si es de los más delicioso.” Pero hay que ver el precio que se paga por el disfrute de ciertas cosas en apariencia muy buenas. De cada acción, devienen consecuencias que nos hacen sentir si hemos obrado de modo correcto o incorrecto. Lo que produce placer, tiene un precio muy alto en la vida; sus efectos son devastadores. Recuerda que existe la ley de causa y efecto, o Karma, y dice: “Haz lo que quieras, pero ten presente que de todos tus actos tienes que dar cuenta.” Entonces, si nos damos gusto con estupefacientes como marihuana, coca, o cualquier otro alucinógeno, aún el licor o las bebidas energizantes que están de moda hoy en día, luego del placer debemos afrontar las consecuencias que esto acarrea para el cuerpo y para el alma. Y si te digo que son devastadoras, es porque he visto muchas vidas arruinadas, hogares destruidos, carreras truncadas, a causa del consumo de esta clase de sustancias, ya que destruyen el cerebro, desestabilizan el sistema nervioso, corrompen los valores humanos, degradan la personalidad.

Brayan: -¿Y si sólo es una pruebita?

Profe Sofía: - No me vengas con ese cuento, porque la mayoría de los casos que te he mencionado, son de personas que se han enganchado en la “inocente pruebita”. Además, recuerda que en clase te han explicado los efectos destructivos que esos elementos tienen en el cerebro de las personas.

Brayan: - Eso lo tengo claro, profe. Era sólo curiosidad.

Profe Sofía: - ¡Más te vale!